
Metodologías activas III: 4 maneras de introducir la educación activa en tus clases
Si te dedicas a la docencia y quieres introducir metodologías activas o educación activa en tus clases, este post recoge algunos consejos que te pueden servir de inspiración.
Para elaborarla me he servido de los proyectos de las cuatro ganadoras del premio Global Teacher Prize, también conocido como el premio nobel de educación. Nancie Atwell, Hanan Al Hroub, Maggie MacDonnell y Andria Zafirakou han transformado entornos adversos, con alumnos en una posición de desventaja, en contextos de aprendizaje basados en metodologías activas.
Estas educadoras se han se han valido de recursos que van mucho más allá de los libros de texto para ayudar a sus alumnos a ver soluciones donde hay problemas y a desarrollar habilidades para su día a día, sus relaciones personales y su futuro laboral. La lectura, el principio de no-violencia, los juegos, el talento personal y la diversidad son solo algunos de ellos.
Si quieres saber más sobre los conceptos básicos de la metodologías activas, visita mi primer post Metodologías Activas I: el arte de aprender descubriendo y enseñar motivando.
Si te interesa su historia o quieres saber que proyectos existen en España, te recomiendo leer Metodologías Activas II: Una enseñanza más allá del aula.
4 maneras de introducir la educación activa en tus clases
Planea tus clases teniendo en cuenta las elecciones de tus alumnos
Nancie Atwell basa su sistema de enseñanza y sus talleres de lectura en dos principios: el poder de la curiosidad y la libertad de elección. Sus alumnos están motivados porque pueden elegir los libros que quieren leer y los temas sobre los que quieren escribir. Algunos incluso ya son autores publicados. El objetivo de estos talleres es que los niños se conviertan en lectores habituales, críticos y apasionados y en personas compasivas que utilicen la literatura para aprender y entender la diversidad de ideas, lugares y gentes que existen en el mundo.
Como dice Atwell: “todas las historias añaden más información a lo que ya somos”.
Para más información puedes consultar los libros de Nancie Atwell o la página web del centro de enseñanza y aprendizaje fundado por esta educadora.
Utiliza juegos para inculcar valores y fomentar el diálogo
Numerosos niños en el mundo conviven cada día con situaciones de violencia. Esto afecta a su confianza hacia otras personas, su comportamiento y su autoestima. La profesora palestina Hanan Al Hroub vivió esto durante su infancia y ha visto como sus hijos también han tenido que crecer con ello. Esta educadora basa su currículo en la metodología activa “jugar para aprender”y diseña sus juegos según las capacidades y personalidades de sus estudiantes.
Los niños desempeñan roles y reglas con una serie de fundamentos éticos implícitos, como el principio de no-violencia o el trabajo en equipo. Si fracasan, todos fracasan, y si consiguen algo, lo han conseguido juntos. Además, Al-Hroub utiliza elementos de un entorno en conflicto para enseñar a sus alumnos que siempre se puede encontrar una respuesta en la educación y el diálogo y que siempre hay esperanza.
Enseña habilidades básicas para la vida desde la igualdad
Por su parte, Maggie MacDonnell ha utilizado sus clases para buscar soluciones a los problemas de salud y las desigualdades sociales, económicas y de género a las que se enfrentan sus alumnos adolescentes. Así por ejemplo, ha diseñado un programa para chicas sobre conocimientos básicos, para el día a día, en campos tradicionalmente dominados por los hombres. También se asoció con un centro de día donde los estudiantes trabajan con asistentes sociales y mejoran su entendimiento sobre la importancia de la educación en la infancia. En otro programa, sus alumnos son los encargados de preparar comidas saludables para sus compañeros.
Además, ha creado un gimnasio, donde los estudiantes aprenden a adoptar un estilo de vida más saludable y a utilizar el ejercicio para aliviar su estrés y convertirse en personas más fuertes física y psicológicamente. A través de estos programas, los estudiantes aprenden a la vez que se convierten en individuos responsables e imprescindibles de la comunidad dentro y fuera de la escuela.
Transforma las barreras en puentes de conocimiento
Aunque se tiende a considerar las asignaturas creativas como las menos importantes del currículo, Andria Zafirakou ha utilizado el arte y el diseño textil para ayudar a superar las barreras lingüísticas con las que se enfrentan muchos de sus alumnos. Zafirakou trabaja en Brent, uno de los barrios más étnicamente diversos de Londres -en sus escuelas se hablan más de 130 idiomas-, pero también de los más pobres y conflictivos. La mayoría de los niños llegan a la escuela con unas capacidades muy limitadas, sintiéndose muy aislados del profesorado y del resto de alumnos.
Andria utiliza el arte, el diseño y los deportes para que los estudiantes que no pueden hablar inglés se expresen, liberen sus frustraciones y recuperen la confianza en sí mismos. Por ejemplo, ha creado horarios alternativos exclusivos para chicas que quieran practicar deporte y no ofender a las comunidades más conservadoras. Además, su trabajo no se limita a la escuela y a sus alumnos, Andria Zafirakou también se relaciona con los estudiantes en sus respectivas comunidades y ayuda a otros profesores.
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